Consejos para mantener su mente sana y prevenir el deterioro cognitivo en nuestros seres queridos
- lgabyvh
- 6 jul 2023
- 3 Min. de lectura

En este artículo voy a hablar sobre cómo prevenir el deterioro cognitivo grave, desde una perspectiva médica. El deterioro cognitivo grave es una condición que afecta a la memoria, el pensamiento, el lenguaje y otras funciones mentales, y que puede interferir con la capacidad de realizar las actividades cotidianas. El deterioro cognitivo grave puede ser causado por diversas enfermedades, como el Alzheimer, el Parkinson, el ictus o la demencia vascular, entre otras. Aunque no existe una cura definitiva para estas enfermedades, existen algunas medidas que podemos tomar para prevenir o retrasar su aparición y progresión.
La prevención del deterioro cognitivo grave se basa en tres pilares fundamentales: la estimulación cognitiva, la actividad física y la alimentación saludable. A continuación, explicaré cada uno de ellos con más detalle.
La estimulación cognitiva consiste en realizar actividades que mantengan activo el cerebro y que supongan un reto para las diferentes funciones cognitivas. Algunos ejemplos de actividades estimulantes son: leer, escribir, aprender idiomas, tocar un instrumento musical, resolver crucigramas o sudokus, jugar al ajedrez o a las cartas, etc. Estas actividades ayudan a fortalecer las conexiones neuronales y a crear nuevas redes cerebrales que compensen las posibles pérdidas de las zonas afectadas por la enfermedad. La estimulación cognitiva debe ser adaptada al nivel y a los intereses de cada persona, y debe realizarse de forma regular y variada.
Según un estudio realizado en Ecuador con 200 adultos mayores de los centros gerontológicos de la ciudad de Cuenca, se encontró que el 40% presentaba algún grado de deterioro cognitivo y que este se asociaba significativamente con el nivel educativo y la falta de estimulación cognitiva. Por lo tanto, es importante fomentar la participación de los adultos mayores en programas de estimulación cognitiva que les permitan mantener o mejorar sus capacidades mentales.
La actividad física es otro factor clave para prevenir el deterioro cognitivo grave, ya que tiene múltiples beneficios para la salud cerebral. La actividad física mejora el flujo sanguíneo al cerebro, lo que favorece la oxigenación y la nutrición de las células nerviosas. Además, la actividad física libera sustancias químicas que protegen al cerebro del estrés oxidativo y de la inflamación, y que estimulan el crecimiento de nuevas neuronas y sinapsis. La actividad física también mejora el estado de ánimo, la autoestima y la calidad del sueño, lo que contribuye a prevenir la depresión y la ansiedad, factores de riesgo para el deterioro cognitivo.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos mayores realicen al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos semanales de actividad física vigorosa, o una combinación equivalente de ambas. Algunos ejemplos de actividades físicas moderadas son: caminar, bailar, nadar, montar en bicicleta o hacer jardinería. Algunos ejemplos de actividades físicas vigorosas son: correr, saltar, hacer aeróbic o levantar pesas.
La alimentación saludable es el tercer pilar para prevenir el deterioro cognitivo grave. Una alimentación saludable proporciona al cerebro los nutrientes esenciales para su funcionamiento óptimo y previene el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la obesidad, que pueden dañar al cerebro. Una alimentación saludable se basa en el consumo de alimentos naturales y variados, como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado, huevos y lácteos. Se debe evitar el consumo de alimentos procesados, fritos, azucarados o con alto contenido en sal o grasas saturadas.
Un ejemplo de alimentación saludable para el cerebro es la dieta mediterránea, que ha demostrado tener efectos protectores contra el deterioro cognitivo y la demencia. La dieta mediterránea se caracteriza por el uso del aceite de oliva como principal fuente de grasa, el consumo abundante de frutas, verduras, legumbres y frutos secos, el consumo moderado de pescado, aves, huevos y lácteos, y el consumo bajo de carnes rojas y dulces. Además, la dieta mediterránea incluye el consumo moderado de vino tinto, preferiblemente durante las comidas.
En conclusión, el deterioro cognitivo grave es una condición que afecta a una gran parte de la población mayor y que tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas y sus familias. Sin embargo, existen medidas que podemos adoptar para prevenir o retrasar su aparición y progresión, como la estimulación cognitiva, la actividad física y la alimentación saludable. Estas medidas no solo benefician al cerebro, sino también al resto del organismo y al bienestar emocional. Por lo tanto, es importante que los adultos mayores se informen sobre estas medidas y las pongan en práctica en su vida diaria.
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